Quiero un Café: una propuesta con sabor venezolano

A través de la barra pretenden crear una conexión con sus consumidores, haciendo del trabajo en  equipo y del buen servicio parte de su cultura organizacional

XIMENA BELLO | @XIBELLOD

“Quiero un café” es el nombre que eligió René Orellana para darle vida a su emprendimiento. La idea de crear algo en Venezuela, que fuese extraordinario y de buena calidad, surgió en Australia, en el 2011. Allí conoció la palabra barista y encontró, además, café de distintas partes del mundo acompañado de un buen servicio.

Cinco años después comenzó a materializar ese sueño, pero en el 2019 las barras móviles de cafés, que se hacían presentes en diversos eventos, pararon para darle paso al local que actualmente recibe a los amantes de esta bebida: Quiero un café bar.

Con un ambiente ameno y el olor del grano recién molido, pretenden crear una interacción única entre el barista y el consumidor.

“Nosotros nos enfocamos en un principio que se llama cadena de valor. Esta consiste en que todos los que participamos en la cadena del café como agricultores, tostadores, baristas y consumidores debemos generarle valor al café que nos estamos tomando. En nuestro bar puedes encontrar un tope, que es el objeto principal, el cual está diseñado especialmente para experiencias e interacción”, explicó Orellana.

El diseño del local da pie para apreciar todo aquello que está detrás de la bebida servida. Desde los molinos para el servicio de espresso hasta la atención de sus preparadores para dar a conocer si se puede tomar un café de Mérida o de Caripe, la explicación de sus orígenes  y las fincas disponibles para el servicio del café colado o filtrado. Esta atmósfera es la que ellos consideran que les brinda las características suficientes para realzar con respecto a la competencia.

@quiero1cafebar

Un equipo preparado

A la persona que se especializa en la preparación de distintos tipos de cafés, empleando diversos métodos, se le conoce como barista.

En Quiero un café bar todos los que se encuentran detrás de la barra son acreedores de este término, contando con certificaciones nacionales e internacionales y con años de experiencia. Asimismo, se encargan de destacar los sabores y olores de Venezuela, haciendo de su servicio y del trabajo en equipo parte de su cultura como empresa.

-¿Qué lo motivó a emprender en Venezuela?

-El amor por Venezuela. Realmente en el 2015 tuve la intención de devolverme a Australia, pero encontré en el café un motivo para quedarme, empecé a conocer gente increíble, a escuchar de zonas del país que nunca había visitado y a probar un producto realmente muy sabroso. Hay muchas cosas que admiro y que agradezco y, sin duda, pienso que esto está lleno de oportunidades.

-¿Qué nos puede decir del barismo en Venezuela? ¿Considera correcto catalogarlo como un arte?

-El barismo en Venezuela es un oficio. No me parece que sea un arte, no por menospreciar nuestro trabajo y el de grandes baristas, más que un arte es un servicio, una vocación. El barista ejecuta muchos cafés y a veces hace adornos con arte latte muy bonitos, pero realmente eso forma parte de algo mucho más grande como el conocimiento que tiene el barista para extraer esas buenas notas del café, para ejecutar esa estética, pero sobre todo para guiar una experiencia, para asesorar a un cliente, para hacerlo sentir en casa. Entonces, pienso que el barismo es una ocupación que se ha profesionalizado y que su principal punto debe ser en la atención al cliente.

-¿Qué lo enamoró del café venezolano?

-Algo que me enamoró del café venezolano es que sabe a nosotros, es nuestro. Cuando uno viaja a Colombia, a Centro América o a Europa consigue café de distintos orígenes y son deliciosos, pero ese valor por la identidad de lo nuestro es algo que valoro muchísimo y me motiva.

-¿Qué tipos de cafés se pueden conseguir en el bar?

-En el bar se pueden conseguir una oferta de bebidas como en cualquier cafetería, como un buen servicio de espresso, americano, macchiato, cappuccino, latte y también métodos alternos como el v60, el chemex o aeropress que son muy parecidos a nuestra manga guayoyera, cafés suaves, frutales, florales, complejos. También consiguen servicio de té y una cerveza artesanal increíble.

-¿Cómo describiría a un buen guayoyo?

-Para mí, es un buen café colado, muy aromático, tibio, dorado en su color y si es preparado por una abuela en una manguita, que tantos recuerdos nos trae, es lo máximo.

Desde su experiencia, envíe un mensaje para todos aquellos que quieran emprender en el país

-Algo que les digo a todos los emprendedores es que debemos prepararnos. La preparación en diversas áreas es clave para tener éxito en un emprendimiento. Entonces, debe existir mucha pasión y formación para luego uno sortear todos aquellos retos que se presentan y que se convierten en experiencias y habilidades.

@quiero1cafebar
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