eSmart Recycling: la empresa que hace del reciclaje electrónico un agente de cambio

Tony Selvaggio es el venezolano detrás de la empresa que ha logrado crear laboratorios tecnológicos en distintos países del continente americano. Gracias a esto, niños de diferentes comunidades han tenido una oportunidad de crecimiento

XIMENA BELLO | @XIBELLOD

Tony Selvaggio es venezolano, empresario y emprendedor. Estudió Administración de Empresas, mención Mercadeo y Publicidad, en la Universidad Bicentenaria de Aragua y años más tarde fundó la empresa que cambiaría la vida de muchos niños a través del reciclaje electrónico.

 eSmart Recycling es una compañía ubicada en Tampa, Florida, que tiene como misión reciclar la tecnología antigua de personas y empresas, y así utilizar esas ganancias para financiar laboratorios tecnológicos para niños sin acceso a computadoras.

Cada año, los desperdicios electrónicos aumentan rápidamente y un porcentaje mínimo de estos son reciclados. De acuerdo con el informe The Global E-waste Monitor publicado por las Naciones Unidas, en el 2016, se generaron 44,7 millones de toneladas métricas de residuos electrónicos en el mundo.

En 2019, la cifra alcanzó el récord de generación mundial de este tipo de residuos con 53,6 millones de toneladas métricas y solo 17,4 % de estos fueron reciclados.

Selvaggio siempre estuvo involucrado con empresas que se dedicaban al reciclaje y a la compra de ‘chatarra’. Allí trabajó por un tiempo, pero en 2014, al ver la cantidad de residuos electrónicos que se estaban generando, decidió independizarse y constituir su propio negocio.

«En ese momento, uno de los rubros que estaba en boga era el reciclaje de electrónicos, principalmente, por la cantidad de material que se producía», expresó Selvaggio.

«Estados Unidos es el mayor productor de chatarra electrónica en el mundo. Además, el nivel de toxicidad de esos desechos es muy grande, estos los incineran o los llevan al botadero y el daño que generan en el planeta es significante. Es allí cuando empiezo a ver cómo es el proceso de reciclar electrónicos y me doy cuenta que lo podíamos hacer a pequeña escala”, agregó.

A principios de 2015, la compañía tomó la decisión de reciclar computadoras y en su asistencia a eventos, para conectar con la comunidad y otras empresas, comenzaron a  dar a conocer su trabajo. Ellos podían reciclar los electrónicos que las organizaciones pensaban desechar.

“En Estados Unidos es bastante común que una empresa tenga períodos de refrescamientos cada tres o cinco años. Entonces, indistintamente si las computadoras sirven o no, las cambian todas. Esto tiene lógica por muchas razones, porque los sistemas cambian, porque a nivel de seguridad las computadoras nuevas son muchas más seguras o para prevenir ataques cibernéticos”, explicó.

En una de esas reuniones obtuvieron su primer cliente, recolectando 20 computadoras, pero también es allí donde surgió el valor agregado de esta marca.

Al atender la historia de una fundación que servía a los niños de la comunidad y que no poseía computadoras, decidieron presentársela a la empresa  que las estaba proporcionando y juntos tomaron la decisión de donarles la mitad de estas.

 “Fue la primera vez que pudimos crear un modelo que era literalmente ganar para todos. Ayudamos a la organización sin fines de lucro, ayudamos a la empresa que no sabía qué hacer con las computadoras y nosotros nos quedamos con la otra parte de los equipos para poder revenderlos».

«Nunca me había pasado por la mente que uno podía resolver un problema social mediante un modelo de negocio y fue la primera vez que entré al mundo del emprendimiento social sin saber que era el emprendimiento social»

La idea, el propósito y el impacto era tal que los medios locales comenzaron a contar la historia, otorgándoles así una credibilidad instantánea y permitiéndoles crecer en todos los sentidos. Es de esta manera como nace la segunda oportunidad de uso para un electrónico y la primera de algunos niños para conectar con la era digital.

Venezuela siempre presente

En 2016, decidieron repetir la labor, pero en otro escenario y localidad. Fue en el Colegio Fe y Alegría de Maracay, estado Aragua, donde instalaron un laboratorio con 25 computadoras y gracias a un  convenio con la Universidad Bicentenaria de Aragua, lograron que los alumnos que se estaban graduando de Ingeniería en Sistemas e Ingeniería Informática cumplieran parte de su labor social enseñándoles a estos niños conocimientos básicos de computación.

Tres años más tarde hicieron lo mismo en el Colegio Fe y Alegría de Lima (Perú), en parte por la cantidad de venezolanos que allí habitan.

Tony Selvaggio donando computadoras en el Colegio Fe y Alegría de Maracay

— ¿Las personas tienen conciencia del reciclaje electrónico?

 En cuanto al nivel de reciclaje electrónico estamos bien rezagados, pero también tenemos que entender que el reciclaje electrónico ha sido un problema para nosotros prácticamente por 10 años nada más.

Es algo relativamente nuevo, ha agarrado un poco más de atracción debido a la cantidad de contaminantes que hay.

Nada más el 90% de los metales que se producen en Estados Unidos se reciclan. Los electrónicos tienen apenas un 20% de reciclaje, lo otro termina cayendo al botadero o incinerándose. Gran parte de eso, es porque no hay ningún tipo de legislación que esté promoviendo el reciclaje o que haga el reciclaje de electrónicos obligatorio. Hay estados que son bien estrictos y lo promueven y hay otros que no les prestan  tanta atención.

Por otro lado, cuando las empresas tienen 40 o 60 computadoras no las pueden botar porque son demasiadas, así que tienen que buscar una empresa que les ofrezca el servicio de recogerlas y reciclarlas.

— ¿Las empresas siempre les donan los equipos o ustedes tienen que pagar algún monto?

 Aquellas empresas que son nuestra competencia hacen dos cosas, o cobran por sus servicios o pagan los equipos a un precio bastante bajo por la cantidad de trabajo que lleva procesar todo el material. Entonces, nosotros decidimos que no haríamos ninguna de las dos cosas porque la manera de pagarle a esas empresas es dándole la data de su impacto social y ambiental, eso tiene mucho más valor.

— ¿Cuántas comunidades han salido beneficiadas por la labor que desempeñan?

 Hemos medido que cada computadora que nosotros ponemos en beneficio de la comunidad  tiene un alcance de cuatro niños. Casi 8.000 niños son los que han sido beneficiados con la accesibilidad a las computadoras que hemos otorgado desde el 2016. Este año deberíamos estar cerrando con  2.000 computadoras.

— ¿Cómo determinan a cuáles comunidades ayudar?

 Hay dos vertientes. Por un lado, tenemos el enfoque local porque nuestro alcance es local.  Cuando tenemos algún cliente les preguntamos si están trabajando con alguna organización sin fines de lucro de manera estrecha que quieran apoyar con tecnología. Si la respuesta es sí, entonces ellos son los que nos  ponen en contacto con la organización. Si la respuesta es no, ya nosotros hemos creado suficientes relaciones con estas instituciones locales como para poder identificar cuáles son las necesidades de cada una de ellas, proponer esas soluciones y que así la empresa escoja a cual quiere apoyar.

Por el otro lado, están esas oportunidades bien estratégicas que son donde yo tengo la visión de seguir expandiendo nuestro alcance. En Lima, después que mis padres se fueron para allá, instalamos una oficina. Tenemos gente  que nos apoya a nivel tecnológico con las cosas que hacemos acá. Entonces, sabemos que vamos a seguir trabajando para que ese alcance siga creciendo y por eso es que queremos conectar bastante bien con la comunidad porque creo que en ese país hay unas oportunidades gigantescas, sobre todo con la cantidad de venezolanos que tenemos allá.

— ¿Tienen como meta seguir realizando esta labor en otros países?

 Sí, por supuesto. Hemos trabajado con Colombia, Haití, República Dominicana y hay una oportunidad de trabajar con Ecuador. Cada vez que tenemos un país para trabajar, la manera en que nosotros los vemos es que no queremos que esto sea una donación de equipos, queremos que sea una oportunidad de colaborar internacionalmente. Tenemos la oportunidad de solventar una pieza del rompecabezas y esa pieza es el acceso a la tecnología.

— ¿Cuál ha sido la mayor recompensa como organización?

 Ver a un padre llorando de felicidad porque van a tener en su casa una computadora. Es increíble que algo que sea tan básico, y que uno dé por sentado, en muchas instancias sea algo tan importante para alguien más, una computadora literalmente te puede cambiar la vida. Si eres un niño, es una ventana al mundo. Es imposible competir en el siglo XXI, si no tienes acceso a la tecnología.

La oportunidad de poder crear ese modelo sostenible, estar en ese ámbito donde uno puede decir: no solo te voy a dar esta computadora sino que también te voy a enseñar emprendimiento.

— ¿Se encargan de enseñar a los niños a utilizarlas?

— Comenzó como una donación, pero viendo en retrospectiva una de las cosas que me frustró un poco fue que habíamos donado más de 1.000 computadoras, pero en realidad no habíamos hecho mucho. Habíamos puesto una curita en el problema, pero no habíamos solucionado el problema.

 Sentados con otra gente de la comunidad comenzamos a pensar, surgieron mil ideas, pero  nadie daba con la respuesta. Cuando me preguntaron a mi, les dije que si le pudiese enseñar algo a un niño, sería emprendimiento porque ya yo lo había vivido. Entonces,  lo que podía hacer era transmitirle todo lo que había aprendido.

La solución fue un curriculum, el cual vamos a probar en este año escolar que está empezando. Este es 100% digital, la idea es que el niño lo pueda hacer solo, practicarlo. Tiene videos y actividades y si funciona es el que estaremos utilizando en todos los sitios donde estemos llevando equipos.

— ¿Cómo se ven en un futuro cercano?

 Una de las cosas  que más me apasiona a mi es poder demostrar, por medio de la empresa, que cada uno tiene la oportunidad de utilizar todo eso como una fuerza para el bien. Tu negocio tiene una oportunidad increíble para ser instrumento del bien y el hecho de que sea un instrumento de cambio social positivo no significa que no puedas hacer dinero, una cosa no tiene que ver con la otra.

 Mientras más dinero hagas, pues mayor es el cambio positivo que podrás generar. Creo que somos los únicos en esta industria que no solo donan computadoras sino que enseñan algo.

 A medida que lo vayamos haciendo, creo que tenemos la oportunidad de convertirnos en una empresa líder en nuestra comunidad y luego en el estado y que así cuando podamos estudiar cuál fue el catalizador de ese niño de conseguir romper un ciclo de pobreza generacional, podamos decir que fue porque en ese momento le dieron una computadora y le enseñaron a ser emprendedor.

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